La obra escultural en homenaje al porro, el símbolo más representativo de la cultura cordobesa, está comprendida por seis esculturas en bronce que retratan a intérpretes del género que –entre el sonido de instrumentos como el bombardino, el clarinete y el redoblante, entre otros– ‘tocan’ para que la mítica María Varilla (1883-1940) baile en medio de ellos.